Las legumbres que con más frecuencia producen reacciones alérgicas son lentejas, garbanzos, guisantes y cacahuete. Las reacciones alérgicas son más frecuentes en los niños, con la lenteja y el garbanzo, que suelen ser las primeras que se introducen en su dieta.
Las reacciones más frecuentes son las cutáneas, sobre todo en forma de urticaria inmediata tras su ingestión.
Las reacciones más graves, anafilácticas, las produce con mayor frecuencia el cacahuete. En EEUU constituye un problema sanitario muy importante, ya que es un alimento básico en su dieta.
La alergia al cacahuete suele ser persistente, tanto en niños como en adultos, manteniéndose toda la vida. Es un alimento muy ubicuo y exige la máxima precaución al comer productos elaborados (chocolates, snacks, galletas, helados, salsas…).
Se realizarán pruebas cutáneas para demostrar la existencia de un mecanismo mediado por la IgE y se determinará la IgE específica en suero.
Si la reacción ha sido grave e importante no será necesario la prueba de provocación oral con la legumbre sospechosa, sólo se realizará según el criterio del Alergólogo cuando el estudio alergológico sea negativo y se desee comprobar la tolerancia.
Si el paciente ha tenido una reacción con una legumbre en particular hay que investigar si tolera el resto de las legumbres que están relacionadas.
El tratamiento para la alergia a las legumbres es la evitación y en sucesivas revisiones observar la tendencia a la tolerancia en función del estudio alergológico específico.
En la mayoría de los niños pequeños se supera esta alergia meses o años después de haber hecho una dieta exenta de la legumbre en particular. Llegar a la tolerancia en adolescentes y adultos es más difícil.
Lo más frecuente es que produzcan síntomas locales a nivel de la orofaringe (síndrome de alergia oral), inmediatos tras el contacto y/o ingestión y que desaparecen rápidamente sin necesidad de medicación.
En ocasiones las reacciones son más importantes y consisten en urticaria generalizada, hinchazón de la cara, los labios y párpados con o sin afectación respiratoria y/o digestiva.
Las frutas frescas se caracterizan por la labilidad de sus alérgenos, por lo que es en este caso cuando más tenemos que insistir en la realización de las pruebas cutáneas con las frutas frescas (prick-prick), además de con los extractos comerciales. También podemos determinar la IgE específica en sangre. En caso de duda, la administración controlada con supervisión alergológica proporcionaría el diagnóstico definitivo.
Al igual que en el resto de las alergias alimentarias comentadas, el único tratamiento es la evitación y el empleo de la medicación indicada por el alergólogo en el caso de que el paciente alérgico presente una reacción con contacto accidental.
